diciembre 10, 2007

Teatro barato


Teatro barato

Iyari Feria.-
10 de Diciembre, 2007

A decir verdad, considero que perdí mi capacidad de escribir hace tiempo..

Comencé a creer sencillamente que no tenía caso, que no ganaba nada.. al fin de cuentas, no servía de nada.

Sin embargo, llámesele ocio, llámesele desesperanza, llámesele desesperación:

Esta noche retomé.

Me siento asfixiado por fantasmas que atormentan mi cabeza y amarran mi pecho. Me enferman mis pensamientos y los cimientos derrumbados del futuro que me esforzaba en forjar.

No sé qué decir, pero de alguna manera me gustaría poder conservar la poca esencia que me queda (y que te pertenecía) y plasmarle aquí, con la pluma sobre el papel.. y de ser posible, rescatar aquello que me envolvía de pasión hacia la vida cuando no veía escapatoria a la pecera de hipocresía en la que otrora me ahogaba.

Veo a mi alrededor y todo da vueltas.

Lo que me rodea no es de mi agrado, y mover las cartas del juego ya no es opción para un giro positivo: Nada de lo que hago te basta.


El hastío que siento es equivalente al tuyo al pensar en nuestras vidas.

De pronto, toda mi existencia parece haberse convertido en una despreciable ironía, y noto como la palabra ‘libertad’ encierra a cada instante mas subjetividad.


Aquellos cuentos de palomas que escribía de pequeño, que me hacían amena la existencia, se han corrompido por mi necio deseo de ser feliz y me han cubierto la realidad de realidad misma.
Ahora puedo observar mis ilusiones caídas, las que nunca podrán realizarse, pues en mi añoranza, jamás les di una base sólida de la cual se hubiesen podido aferrar.

Finalmente, la armadura que forjó mi alma cedió ante las heridas que causan tus palabras, y la llama que yacía dentro se extinguió cuando se apagó el sueño más grande de mi vida.. aquel que guardaba secretamente para mi:

Librarme de ti.




Escribir.. ¿de qué serviría?

Sea lo que sea, tengo necesidad de estar aquí; dejar las letras fluir, y guardar el alocado deseo de que mis lágrimas dejen de fluir antes que la insana necesidad de romper mi piel surja de nuevo.


Estoy asustado. No sé qué podría hacer, o de quien aferrarme.
Tú dices adiós, y yo no te pienso detener.

Debo hacerme a la idea de no necesitarte.

Me he cansado del teatro barato y de dramas innecesarios.

Hasta el amor ha traicionado mi fe.

Y mi fe dejó de creer en un Dios, cuando éste dijo amarme.. y me abandonó.