En las piscinas se nada.
Iyari Feria.-
7 de diciembre, 2009
Iyari Feria.-
7 de diciembre, 2009
Me sorprendí pensando en ti mientras lloraba.
Y es que olvidé los días que pasamos juntos. Entonces me pregunté si el dolor que en esos instantes sentí, lo sentiste tú. Si la desesperación que me han provocado, te la provoqué yo.
Si así como yo sentía morir, tú moriste también. Si nuestra alma fue drenada con la misma crueldad, con la misma soledad. Si la rabia fue igual, si el trago en tu garganta molestó tanto como el mio. Si el frío caló tus huesos hasta doler. Si odiaste la luz al abrir los ojos, sabiéndote vacío, seco y desganado.
Entonces he pensado que no.
Porque tú te has aventurado a seguir, y yo, permanezco estancada.
Tú te ahogas en alcohol, yo en humo. Tú te ahogas en lágrimas ajenas, yo en las propias. Tú pierdes la conciencia entre números y gritos, yo entre letras y silencios.
Me abrumó el deseo de volver a ver tus pestañas caídas y labios gruesos. Me aleja el recuerdo de tu perfume y tu voz hiriente.
Me abruma el deseo de tocarte... y me abruma más el temor de que me toques. Al final, siempre fue Adiós, y seguirá siéndolo.
Aún cuando cerré un capítulo amargo, me pregunto.. ¿cómo de ser tu todo, me obligué a ser tu nada?
Por dichas razones, sé que terminaré siendo la nada del que causa mis desvelos.
Y es que olvidé los días que pasamos juntos. Entonces me pregunté si el dolor que en esos instantes sentí, lo sentiste tú. Si la desesperación que me han provocado, te la provoqué yo.
Si así como yo sentía morir, tú moriste también. Si nuestra alma fue drenada con la misma crueldad, con la misma soledad. Si la rabia fue igual, si el trago en tu garganta molestó tanto como el mio. Si el frío caló tus huesos hasta doler. Si odiaste la luz al abrir los ojos, sabiéndote vacío, seco y desganado.
Entonces he pensado que no.
Porque tú te has aventurado a seguir, y yo, permanezco estancada.
Tú te ahogas en alcohol, yo en humo. Tú te ahogas en lágrimas ajenas, yo en las propias. Tú pierdes la conciencia entre números y gritos, yo entre letras y silencios.
Me abrumó el deseo de volver a ver tus pestañas caídas y labios gruesos. Me aleja el recuerdo de tu perfume y tu voz hiriente.
Me abruma el deseo de tocarte... y me abruma más el temor de que me toques. Al final, siempre fue Adiós, y seguirá siéndolo.
Aún cuando cerré un capítulo amargo, me pregunto.. ¿cómo de ser tu todo, me obligué a ser tu nada?
Por dichas razones, sé que terminaré siendo la nada del que causa mis desvelos.
