julio 27, 2009

Felicidad

26 de julio, 2009
Iyari Feria.-

-¿Qué es la felicidad?
-La felicidad... -Dudó- Podría ser algo caliente. Algo caliente para comer en invierno ¿no?

Y ante la curiosa respuesta y la sonrisa que le proporcionó, arqueó las cejas.
Una definición inesperada, naturalmente debida a que la tarde era fría y no habían almorzado.
La felicidad podía vestir tantos colores, olores, sabores, incluso temperaturas... ¿y por qué no? Instantes.
Un instante como ese... y que no se repetiría.
Entonces le devolvió la sonrisa. Quizás... la felicidad era tan simple, que siempre estaba ahí, y le pasaban de largo.

julio 05, 2009

Ella a veces también


5 de julio, 2009


Que al tener ese vago recuerdo, comenzó a buscar maquinal y desesperadamente en su cabeza aquella carta sin resultado. Ni el color de la tinta, ni la fecha, ni la clase de papel, ni el saludo.. Sólo el conocimiento de haberla deshechado años antes... que ahora le parecían instantes.
Había pasado los últimos cinco años en un parpadeo muy doloroso y lento, pero parpadeo al fin y al cabo. Quizás con dos risas más a todas sus lágrimas juntas. Equilibrio no era una palabra que experimentara a menudo... naturalmente. Quizá se hallaba únicamente entre sus palabras y silencios, teniendo algo en común: estancamiento.

Pero claro, muchas cosas más lograba evocar en ese momento. Como el poema número veinte, o las cartas de amor de una palomita a un sapo obeso. O las lágrimas que derramó por un amor que jamnás pudo ser y consumarse. ¿O por qué no? no haber podido frenar su triciclo y terminar estampada en el suelo al pie de las escaleras del jardín.

Pero la carta.. deseaba recordar cada palabra de esa carta.

Y ni era tan importante... y ni le era tan querida, pero la idea de haber olvidado algo que fue valioso para alguien más, le molestaba y daba vueltas a su alrededor. Así era ella: se complicaba por todos, pero no por ella. Era una sutil diferencia, casi imperceptible.

Claro.. "Yo la quise, y a veces ella también me quiso."

julio 02, 2009

Rey Profeta


"Soñé que se me rompía el femur por la mitad, y sangraba mucho. El femur es el hueso más duro del cuerpo humano."

No firmó el mensaje. No había necesidad: ¿quién más escribiría algo así a las casi cinco am?
Era la complicidad perfecta.
La perfección mancillada.

Cerró los ojos, con el móvil en mano, acostada, a oscuras, sabiendo que no obtendría respuesta.
Esperaba que comprendiera sus palabras. Y que esa noche, y las lunas que le siguieran, no sollozara su nombre.