enero 24, 2009

Sueña que sueña con ella

Sueña que sueña con ella

Iyari Feria.-
24 de enero, 2009

Sé que adoro tus ojos (pero no los puedo mirar)
Sé que acaricié tus cabellos, y no lo pudiste olvidar
Sé que te quise conmigo, aunque lo quiera negar
Sé que toqué tus muslos, y me duele recordar
Sé que dijiste mi nombre, y repetirlo ya no más
Sé que me miras.. y no te dejo acercar

Sé que me anhelas, con el suspiro apagado

Sé que te mentí
Sé que me usaste
Sé que nos necesitamos
Sé que no nos amamos

Sé que te hice gritar
Sé que te hice gozar
Sé que me odias
Sé que te extraño
Sé que te quiero volver a sentir
Sé que te hice llorar

Sé que nos deseamos
Sé que nos complementamos
Sé que te quiero lejos
Sé que te quiero tocar

Sé que ansías mis labios, pero eres amable
Sé que jamás nos miramos.. y te sientes culpable

Sé que estas lejos
Sé que no eres un objeto (aunque creas lo contrario)
Sé que sueñas conmigo
Sé que me ansias
Sé que te lastimo
Sé que me enloqueces
Sé que te celo

Sé que no eres mia.. pero pude poseerte

Una sola vez
Un solo respiro..
Un beso marchito, un quejido maldito.
Un suspiro dormido, un deseo no cumplido..
Pero es que aún a veces, sueño contigo.

_______________________________________

Titulé este poema inspirádome en la canción standby de Extremoduro. Por si cabe la duda.




enero 17, 2009

Etílico


Etílico
Iyari Feria.-
Fecha desconocida
Confieso que desde el primer acercamiento, tu olor me embriagó.
Tenías la temible capacidad de confundir mis sentidos... Ese aroma me penetraba, dentro, muy dentro, como algo prohibido... hasta volverse una necesidad insana.

¿Acaso sería esto el motivo por el cual nos enredamos al punto del odio?
Descubrimos tantas cosas juntos, y quizás, de alguna manera, nos amamos.
Ahora nada de ello queda. Ni recuerdos, ni esperanzas, ni anhelos, ni regocijos. Sólo un malestar borroso.
¡Ah! pero cuanto te quice entonces: Era adicta a ti, y deseaba creyeras fervientemente que era tu salvación, para así en silencio, tal vez salvarme a mi misma. Lo sabía bien... ¿lo sabías tú? Pienso que sí, y por ello nos empeñamos en destruirnos.
Sarcasmos, chantajes, ausencias, alcohol, burlas, sexo... alimentándose con silencio.

De las miradas y palabras tiernas de otrora, no quedaba mas que resentimiento y deseo.

...¿Amor? ¿Había rastro remoto de algo así?
Fuiste una droga para mi. Y al final, yo para ti, sólo una palabra cruel.

Ese aroma a alcohol y perfume, que alguna vez llenó todos los rincones de mi ser, destapándome, se volvió asqueante y enfermizo... Te hiciste opaco en mi cabeza y un vacío doloroso me invadió.
Y de pronto: Culpa... sentía culpa, tanta culpa.
En verdad me hubiese gustado saber qué pensabas tú.
No obstante ese aroma seguía guiandome a tus brazos. Lloramos.
Nos odiabamos tanto que no podíamos separarnos..
Hastío.