marzo 14, 2011

Mujer.


Ser mujer

¡Brindo por la mujer! ¡Quién pudiera caer en sus brazos sin caer en sus manos!

Ambrose Bierce

Ser mujer, claramente no es ser costilla, ni senos, ni matriz, ni sangre derramada al mes. No es una lucha, ni un ideal, ni una utopía, ni una quimera, ni un estandarte, ni un suspiro, ni un poema. Siempre será más, bajo dos ventanas con pestañas. Podríamos decir con fe que es incongruencia, que es vida y herida, que es olor, pudor y sabor; que no es perfecta y nunca lo será, pero su belleza recae en ello.

La mujer es la cara del amor que hace falta, la motivación de ciertos sueños censurados. Ser mujer, no es enaltecer un género humano, pues la condición femenina no se elige, todo pende del azar; no obstante, ésta postura significa soportar golpes de la vida que el hombre ni delirante desearía. La mujer es vehemencia y consuelo encarnado, la mujer es catarsis y fuego puro.

Mujer, es la condición irremplazable que se recuerda en cada beso dado, en cada corazón quebrado y en cada caricia obsequiada. Es aquella sensibilidad que se oculta tras una apariencia ruda, o la misma emoción a flor de piel.

Mujer es aquel ser fuerte por naturaleza, tan delicado, que debe aparentar más fuerza para no flaquear. Puede ser necedad, inquietud, rabia, sonrisa o pasión. Puede ser un simple cuerpo frágil, robusto o delgado pero que posee la maravillosa y sorprendente capacidad de emerger vida de la vida. Mujer, es inspiración, musa que crea y destroza. Es tierra firme y río que corre. Es la fuerza que difícilmente se logra controlar, y que si su cauce te toca, nada vuelve a ser igual.

Iyari Feria