«Escribo porque yo, un día, adolescente, me incliné ante un espejo y no había nadie. ¿Se da cuenta? El vacío». Rosario Castellanos
noviembre 20, 2009
Preguntar
Las preguntas existen por curiosidad, por necesidad, por mil razones: todas válidas y sólo una es inteligente. Una docena nos muestra una realidad agradable. Un centenar la despreciable. Las sobrantes, en ocasiones, sólo nos confirman suposiciones.
Preguntar, tiene matices de diversión y exasperación, de placer y dolor. Y pese a todo, la respuesta a la pregunta sólo tiene dos variables: la cierta y la falsa.
Es por eso que preguntar es excitante y responder, sólo es.
Mi alma se encarna de preguntas; por eso mi cuerpo vive. La excitación me motiva, la curiosidad me mueve, y sin embargo, mi ansia de respuestas me drena la existencia. Quizá por esa relación enferma, disfruto con el dolor. No soy masoquista, estoy viva.
...Jodidamente viva.
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