18 de febrero, 2010
¿Por qué empecé a escribir? porque nadie comprendería mejor lo que siento mas que las letras y las miradas cabizbajas.
Porque cada que expresaba de viva voz lo que sentía, se causaba un problema, un malentendido, un pleito, un grito, un golpe, un trago amargo... pero escribiéndolo sabía que las personas involucradas jamás leerían el verso, la prosa, el cuento, el pensamiento: No les interesa, no es lo suyo, no les importa.. qué sé yo, qué importa. Es por ello que abracé a las letras y ellas se abrazaron con sus patitas a mis pestañas mojadas. Y es que las letras son solitarias como mi voz; entonces ellas y mi silencio se podrían sonreir y reír mutuamente de lo que pueda sentir. Eso me hace sentir bien.
Por suerte, las letras son un amante que no se puede tocar, y es perfecto, porque entonces no te hieren (a veces).